
Mis compañeros de equipo y yo estamos desconsolados por la reciente tragedia que le sucedió a Daise, un perro que rescatamos y adoptamos hace un año. Nuestra alegría se convirtió en tristeza cuando Daise, embarazada de su primera camada, experimentó un parto difícil que resultó en la pérdida de ambos cachorros. La anticipación y los preparativos para los recién nacidos se convirtieron en una profunda decepción y tristeza.

A pesar de nuestros esfuerzos por consolarla, el dolor de Daise era palpable. Se aferró a sus cachorros nacidos muertos, sin querer dejarlos ir, reflejando su profundo amor y dolor maternal. Normalmente gentil y obediente, Daise mostró una terquedad inesperada al proteger a su descendencia perdida.
Ver a Daise llorar junto a su tumba fue agonizante. Lamió y trató de desenterrar a sus cachorros, sin querer aceptar su muerte. Tuvimos que sujetarla suavemente, brindándole consuelo y apoyo durante esta terrible experiencia. La negativa de Daise a comer o beber subrayó la profundidad de su dolor.

Seguimos colmando de atención y cuidado a Daise, esperando que el tiempo sane gradualmente sus heridas. Su resiliencia y amor maternal son un testimonio del profundo vínculo entre una madre y su descendencia, incluso ante una pérdida desgarradora. Mientras estamos a su lado, nuestros corazones duelen con el de ella, sabiendo que el viaje de Daise hacia la curación requerirá tiempo y paciencia.
